Presentación del cartel de la Semana Santa de 2020.

Cartel Semana Santa 2020

Presentación del cartel de la Semana Santa de 2020.

En la mañana de ayer domingo 23 de febrero, tuvo lugar la presentación del cartel de la Semana Santa 2020 de Montellano en el patio del Ayuntamiento. Este año ha sido la Hermandad del Gran Poder la encargada de ilustrar la Semana Santa de Montellano. El acto contó con la colaboración y la presencia de la Escuela de Saetas de la Ciudad de Utrera.

El cartel anunciador es una reproducción de una obra de pintura elaborada por nuestro pintor local Jorge Gallego. Enhorabuena por esta bella imagen de nuestra Semana Santa montellanera.

Jorge Gallego describe su obra de la siguiente manera en sus redes sociales:

DESCRIPCIÓN DE LA OBRA

"Toda obra de arte pretende crear en quien la contempla alguna reacción, ya sea sorpresa, emoción, concienciación sobre algún tema, crítica, o una simple recreación en sus valores plásticos. En este caso, el cartel tiene una doble función: la de obra de arte (o, mejor dicho, “pretendida obra de arte”, porque esto no lo podemos decidir hoy y será el tiempo y la crítica quien se ocupe de elevarla a este estatus). Y, por otro lado, el de portador de un anuncio, en este caso, nuestra Semana Santa. Por ambas funciones el cartel es una obra a la que se le exige mucho, debe aunar los valores estéticos de una buena pintura, pero a la vez debe ser una imagen lo suficientemente clara y definitoria de lo que anuncia, debe trasladar el mensaje al primer golpe de vista, lo tantas veces repetido de que “un cartel es un grito en la pared”.

Este cartel nace, como cualquier pieza de arte, de una pulsión, de una emoción o de una experiencia. Es algo personal, de mi intimidad. Presento en una imagen una de mis visiones de lo que entiendo como Semana Santa, personificada en este caso en nuestra Virgen de los Dolores. Y decía que nace de una experiencia vivida y de las más íntimas y bonitas que he experimentado en torno al mundo cofrade. Manolo, el hermano mayor y mi vecino de toda la vida, aunque muy joven, me demostró en las veces que nos vimos para planear cómo sería el cartel, que respeta y conoce profundamente la historia de su hermandad. Se nota que se ha criado al lado de la Iglesia, que ha mamado al Gran Poder y a la Virgen de los Dolores desde pequeño; y lo transmite a la perfección. A mí, que también he sido vecino de nuestros titulares desde que nací y los he conocido desde siempre como quien conoce a sus propios padres, me los redescubrió y, sobre todo a la Virgen.

Una tarde noche del mes de diciembre quedamos en la Parroquia, aprovechando que venía el vestidor y así poder hacerle un reportaje fotográfico vestida de la forma en que aparece en el cartel. Debo confesar que aquel rato se convirtió en un momento único y sublime. Manolo, con la Iglesia en total penumbra y la Virgen en el suelo, a nuestra altura, como si fuese una contertulia más, me contó con pelos y señales la historia de la Hermandad, o mejor dicho, las Hermandades, la antigua Servita de los Dolores a la que sólo pertenecían mujeres y la del Gran Poder, y de cómo se fusionaron. De esa conversación y de ese momento de encuentro nace esta obra. Por tanto, Manolo puede sentirse en parte autor de la misma, pues he intentado conjugar su visión y mi experiencia en el resultado final.
Resultado que ahora vemos y que les paso a comentar para que puedan entender en profundidad lo que representa esta imagen.

La Hermandad tiene entre sus propósitos recuperar el antiguo título de Servita, que llevaba la primitiva Hermandad de los Dolores fundada en 1726. Y es por ello por lo que hemos elegido a nuestra titular como protagonista absoluta del cartel. Aparece ocupando el centro de la imagen el Corazón de María atravesado por las sietes espadas que simbolizan los Siete Dolores. Estos Siete Dolores son: la profecía de Simeón o la Circuncisión de Cristo, la huida a Egipto, la pérdida del niño Jesús en el Templo, el encuentro de María con Jesús en el Vía Crucis, la crucifixión de Jesús, el descendimiento de la Cruz y el entierro de Jesús. Este Corazón es, además, el icono que mejor representa a la advocación de los Dolores y a la orden Servita. Es, por tanto, el cartel un giño a esa antigua hermandad de nuestro pueblo.

Mi aportación personal al discurso de la imagen ha sido la forma en que represento a la Dolorosa, que puede parecer novedosa e incluso extraña para quienes la conocen bien. Radica esta novedad en dos aspectos. El primero de ellos es que se representa con un ropaje sencillo, una capucha que cubre su cabeza y una túnica lisa que la viste, asemejándose a como vestían las mujeres en Judea hace más de dos mil años y a como la verían nuestros vecinos al procesionar en aquellos lejanos tiempos del siglo XVIII. La otra novedad es el punto de vista desde el que se representa, que es cenital. Normalmente vemos a la Virgen de frente en su paso o desde abajo cuando se encuentra en el camarín. La talla ofrece una postura bastante erguida y la mirada al frente, aspecto que he querido disimular en mi representación observándola desde arriba para conseguir el efecto de la cabeza inclinada hacia el Corazón. Las manos también aparecen en una postura de abrazo a ese Corazón del que chorrea sangre del mismo color dorado, a través de las heridas provocadas por las espadas que lo atraviesan. Si observan bien verán como esa sangre cae sobre su mano izquierda, que a su vez la deja caer goteando finalmente sobre la filigrana que corona el letrero que anuncia la Semana Santa. Sirviendo este elemento para otorgar unidad a la composición.

Verán que tanto la Virgen como el Corazón aparecen en el eje central del cartel, creando una simetría. Ya tenemos una primera línea imaginaria que atraviesa la composición por el centro. Otra figura geométrica que estructura la pintura es el óvalo, cuyo centro está en el Corazón y que rodea todos los elementos que aparecen en el cartel, pasa por la voluta inferior del letrero, recorre las empuñaduras de las espadas y cierra en la letras que aparecen sobre la cabeza de la Virgen a modo de corona donde reza el lema “Mater Dolorosa”.

Así pues, conseguimos crear un equilibrio máximo que facilita la lectura de la imagen y su entendimiento, ya que hay mucha claridad en la disposición de los elementos.

La luz es fundamental también en esta pintura. Como pueden observar, tiene una temperatura muy cálida que baña toda la escena, creando un halo de romanticismo alrededor de ella. Romanticismo usado como reminiscencia de lo antiguo, de lo que queremos reivindicar, la antigua Hermandad Servita de nuestro pueblo. Este aspecto lo suplementa la técnica con la que ha sido pintado el cartel, una técnica mixta en la que he usado el collage, el acrílico y el óleo. De fondo aparecen papeles pegados y pintados encima creando un efecto de envejecido, al modo de las estampas antiguas. Encima he ido pintando las formas e integrándolas con ese fondo hasta terminar detallando con pintura al óleo.
Tiene el cartel, por tanto, un aspecto doble de tradición y modernidad. Tradición en esa luz barroca, tenue y contrastada que baña las figuras; y modernidad en la composición y el uso de las tintas planas en la tipografía de las letras.

Les aconsejo que miren el cartel con los ojos del alma, a través esa mirada ciega con la observamos los momentos sublimes que nos regala la Semana Santa. No intenten racionalizar y encontrar a la Virgen de los Dolores del Miércoles Santo sino al sufrimiento sentido por ella. Intenten visualizar a esas filas de mujeres vestidas de luto con el escapulario al pecho que procesionaban detrás de esos seis austeros varales que aguardaban a la primitiva dolorosa. Hagan el esfuerzo de crear su propia historia cuando miren al cartel, ahonden en lo más profundo, en el símbolo, y no se queden en la epidermis de la pintura.

Mi papel ha terminado, ahora son ustedes quienes deben completar la obra suministrándole contenido, el contenido de sus propias experiencias. Yo he lanzado ya mi saeta plástica que deben recoger. Jorge Gallego García 22/02/2020"